Fiebre
Fiebre
Fiebre es cualquier elevación de la temperatura mayor de 37,8°C por vía oral o 38,2°C por vía rectal y es un signo cardinal de las enfermedades infecciosas.
Es normal que un niño sano y activo presente en las horas de la tarde o después del ejercicio temperaturas hasta de 38,4°C. La temperatura corporal general muestra variaciones diurnas con su mínima al amanecer y máxima al atardecer.
La respuesta febril es máxima en la infancia y disminuye con la edad.
Los centros termorreguladores del hipotálamo controlan la temperatura variando la circulación cutánea, la sudación y la actividad muscular involuntaria (escalofríos).
La fiebre también aparece en muchas enfermedades infecciosas y no infecciosas como tirotoxicosis, deshidratación en los lactantes y los ancianos, ictiosis y otros trastornos generalizados de la piel, ausencia congénita de glándulas sudoríparas, traumatismo, infarto de miocardio, trombosis o hemorragia cerebral, oclusión arterial periférica, neoplasias malignas, trastornos que causen hemólisis intravascular, enfermedad del suero, pericarditis nudosa, fiebre reumática, artritis reumatoidea y eritema nudoso. También la fiebre se puede presentar como reacción adversa a un fármaco o como respuesta a la exposición a un ambiente muy caluroso (golpe de calor).
La fiebre puede causar daño en la célula cerebral en la hipertermia maligna (temperatura mayor de 41,2°C) y así mismo puede tener acción benéfica ya que algunas bacterias y virus son termosensibles, además de estimular la utilidad leucocitaria y aumenta los efectos del interferón.
En los niños, la causa principal de fiebre son las enfermedades infecciosas, y dentro de estas las de tipo viral.
¿Cuándo sospechar que el niño tiene fiebre? Cuando se siente caliente al tacto, especialmente en cuello y cabeza.
Cuando pierde súbitamente el apetito.
Cuando vomita la última comida recibida.
Cuando pasa mala noche.
Cuando se vuelve inactivo, adinámico.
Cuando está inexplicablemente decaído, somnoliento.
¿Cómo confirmar que hay fiebre? Para confirmar la presencia de fiebre se debe utilizar el termómetro (donde hay niños debe mantenerse siempre un termómetro).
En lactantes, se recomienda la medición rectal, para esto se debe contar con el termómetro adecuado. El bebé debe ser inmovilizado por una persona, mientras se coloca boca abajo. Otra persona, separando los glúteos introduce por el recto el termómetro unos dos centímetros y mantiene el termómetro por 3 minutos.
En preescolares la toma debe ser axilar.
En escolares debe ser oral.
Recomendaciones para el manejo de la fiebre: La fiebre no va a “salirse de control” ya que los mecanismos corporales de regulación de la temperatura van a impedir que esto suceda.
Una fiebre se considera alta cuando sobrepasa los 40° C.
Sugerir tomar la temperatura después de media hora de reposo.
Debe evitarse al máximo el exceso de ropa o cobijas que impidan una buena disipación de la fiebre.
Debe propiciarse un ambiente fresco abriendo ventanas y si es del caso, se puede usar un ventilador en la habitación.
La administración de líquidos debe estimularse, pero no forzarse y éstos deben ser fríos o a temperatura ambiente.
La aplicación de medios físicos es complementaria y muy útil si se requiere de una respuesta rápida. Debe hacerse con agua tibia, ya sea en paños o por inmersión completa. El agua helada, el hielo y el alcohol son extremadamente molestos y no se justifica su utilización.
La administración de medicamentos sólo debe hacerse en presencia de temperaturas mayores de 38,5°C o cuando el niño esté muy molesto y bajo las recomendaciones del médico.
Fecha de publicación 08/10/2008
Última modificación 18/12/2019