La educación: El quinto principio cooperativo, el primer deber de una sociedad

La educación implica no solo distribuir información o fomentar el patrocinio, sino lograr un enfoque en la mentalidad de los actores educativos. La educación y la capacitación facilitan a los líderes cooperativos entender las necesidades de la comunidad a la cual sirven.
Con la educación podemos extender el aporte que como cooperativa hacemos al desarrollo de nuestra sociedad; es decir, es la manera en que contribuimos a transformar la realidad y las condiciones de vida.
La educación ayuda a entender cómo la cooperación puede generar mejores condiciones de vida y prosperidad colectiva. También los asociados pueden comprender la necesidad de defender aspectos como la democracia, la participación y la equidad; así como la esencia del cooperativismo: el ser humano como centro de la actividad empresarial. |
La educación ha estado presente desde la aparición misma de las cooperativas, siendo un factor fundamental en su operación, desarrollo, crecimiento y sostenibilidad. Coomeva, por ejemplo, nació como fruto de la educación cooperativa que recibieron sus 27 médicos fundadores, la cual les mostró otro paradigma más humano y social de la actividad empresarial.
Ya decía Nelson Mandela que “la educación es la mejor arma que tenemos para cambiar el mundo”. No en vano, ha sido definida como el Cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible, ODS, dentro de la Agenda 2030 que reza: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Pese a los avances y a la extensión de la educación, la prioridad de este tema dentro de los ODS es un reconocimiento de todo lo que aún falta por hacerse y lograrse. El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en 2015 de la Unesco, muestra que se ha avanzado mucho en todo el mundo, pero todavía no se ha alcanzado la meta. A pesar de los esfuerzos, la Educación para Todos no se ha hecho realidad en todo el mundo. |
Por ejemplo, los países con ingresos bajos llevan los últimos 20 años apenas gastando el 3.2% de su PIB en educación, lo cual es insuficiente para lograr las metas educativas propuestas. Los organismos internacionales mencionan que este porcentaje debería ser de al menos el 63%. En las escuelas de América Latina, el aumento de los niveles de educación es cada vez más lento en comparación con otras regiones.
Así, la educación es el gran valor de la cooperación y con ella, una herramienta para generar alternativas económicas, mantener el nivel de vida de las personas y garantizar la permanencia del modelo cooperativo mismo. La educación permite visibilizar al cooperativismo y la solidaridad como un proyecto alterno y posible de sociedad, con al hombre en el centro de su acción y fortaleciendo valores éticos y humanistas.
Apoyo bibliográfico:
• Unesco. Educación y Objetivos de Desarrollo Sostenible.
• Unesco. Informe de Seguimiento de la Educación para Todos, 2015.
• McGinn Noel F. Hacia la cooperación internacional en educación para la integración de las Américas. Colección Tendencias para un futuro común.
• Silva Díaz Javier Andrés. La educación cooperativa como estrategia para el desarrollo de la participación y autogestión. Revista de Estudios Agrarios.
Fecha de publicación 27/07/2016
Última modificación 03/10/2019