Equidad de género ¿solo por ellas?

La equidad de género es un concepto que no solo comprende el bienestar de las mujeres, en su derecho a recibir igual respeto y poder de decisión frente a los hombres, sino que también conlleva la valoración de las necesidades masculinas que la sociedad aún considera tabú.
No en vano la ONU ha insistido “La igualdad entre los géneros no es sólo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible”. Y cuando se refiere al mundo, implica tanto a las mujeres, como a los hombres, pues la idea es que logremos un mundo 50/50.
Los actuales y más grandes desafíos de la humanidad, expresados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, nos exigen ampliar, potenciar y unir las capacidades y talentos de ambos géneros para lograr dichos Objetivos, a la vez que los mismos ODS reconocen que la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas son condiciones que deben darse de manera previa, para que se alcancen dichas metas de desarrollo, como las relacionadas con el cambio climático, la sobrepoblación, la seguridad alimentaria y la pobreza.
De esta manera, lograr un mundo con desarrollo sostenible requiere no solo los cambios en los derechos y oportunidades de las mujeres, históricamente más afectadas por las desigualdades, sino también en los hombres, que también han pagado un precio, en especial relacionado con los estereotipos de género y tabúes que les han sido impuestos y obligados a asumir.
Es de reconocer, sin embargo, que la equidad de género, al buscar la justicia en el trato, apela en gran medida al reconocimiento y defensa de los derechos de la mujer, pues la historia bien muestra cómo durante muchos años y en diferentes sociedades, la mujer ha tenido menores oportunidades de desarrollarse en los diversos ámbitos que los hombres, debido a las diferencias estructurales y a la distribución desigual de poder.
Por eso hoy la equidad de género debe implicar el que se logre el acceso por igual y con justicia, a mujeres y hombres, a los diferentes espacios, servicios y oportunidades que la sociedad provea. Promover estrategias que incentiven la equidad de género es fundamental para gestionar adecuadamente desde un colectivo hasta un país.
La idea no es reemplazar unas relaciones de poder desiguales, dominadas por los hombres, por unas igualmente desiguales dominadas por mujeres, sino crear nuevas relaciones simétricas enfocadas en la cooperación.
En este punto, cabe destacar el crecimiento del concepto de nuevas masculinidades, que busca encontrar esas formas de ser hombre que, en lugar de reprimir, incentiven su bienestar integral. Un ejemplo de ello, son las licencias de paternidad que han ganado simpatizantes alrededor del mundo.
En suma, además de eliminar los estereotipos de género que también afectan a los hombres y que los “condenan” a jugar un rol específico y limitante en la sociedad, es necesario vincular y visibilizar el rol del hombre en la discusión de género, con el fin de promover que ellos también lideren acciones beneficiosas tanto para mujeres como para hombres.
Fecha de publicación 08/11/2020
Última modificación 09/11/2020