¿Sabes cuánto cuesta limpiar y cocinar en tu casa?
Te has puesto a pensar ¿qué pasaría si no se llevaran a cabo las labores de limpieza en tu hogar, si no compraras y procesaras los alimentos que consumes a diario o simplemente no organizaras la ropa que te pones cada día?
¿Estás consciente de que quien se dedica a estas importantes tareas está realizando un trabajo, y que ese trabajo cuesta y tiene un valor? Y ¿por qué son las mujeres las que hacen mayormente estas labores, casi cuatro veces más que los hombres en el hogar?
En nuestra casa hay ciertas labores indispensables para nuestro día a día, que se “vuelven paisaje” o se quedan “invisibles” a la hora de pensar y cuantificar el trabajo, los ingresos o los ahorros en el hogar. Limpiar la casa, cocinar la comida diaria, lavar y planchar la ropa, cuidar a los niños o a los ancianos de la casa son trabajos tan importantes como cualquier otro y deben recibir el reconocimiento económico, cuantificándolo e incluyéndolo como parte de los “ahorros” que se generan al hogar y dársele un estatus. A esto se le llama Economía del Cuidado.
El cuidado es una función social que, por medio de diferentes acciones y prácticas genera bienestar durante el ciclo vital humano, considerando que todos somos interdependientes y requerimos de diferentes niveles de apoyo en momentos particulares de nuestras vidas.
Si estas labores de cuidado de las personas dependientes y el cuidado indirecto (limpieza del hogar, lavado de ropa, etc) no las realiza ni la mujer ni el hombre o un familiar, generalmente se contrata a una persona -casi siempre a una mujer (empleada doméstica)- para que se ocupe de ellas, a quien se le otorga un pago o compensación económica por las mismas.
Sin embargo el trabajo de cuidado en el hogar, así como la gestión del cuidado (compra de alimentos, de medicamentos, la planificación de los cuidados de las personas dependientes) ejecutado por quienes hacen parte de las redes de confianza, afinidad o parentesco (familiares, amistades, vecinas), que es de fundamental importancia económica en una sociedad, se hace gratis y son labores que no se reconocen y no se comparten, pues recaen principalmente en las mujeres.
Cuesta billones
En $230,3 billones de pesos calcularon el DANE para 2022 el trabajo de cuidado no remunerado en Colombia, en su mayoría realizado por mujeres y que incluye limpieza del hogar, atención de los hijos y de las personas discapacitadas, e incluso el esposo que va con ropa limpia, planchada y desayunado a su trabajo.
Este trabajo doméstico y de cuidado representa el 19,6% del PIB, por lo que si se pagara haría un aporte mayor a la economía del país, que cualquiera de los demás sectores que hacen parte de la producción.
En Colombia prima un modelo de cuidado “familiarista”, es decir, que las responsabilidades de cuidado recaen principalmente en las familias, con arreglos informales y con una carga mayor sobre las mujeres, a pesar de que el Estado, el mercado y los hombres de las familias deben asumir también un papel activo en las tareas de cuidado no remunerado.
Miles de millones de horas de trabajo
Fueron 41 mil millones de horas las que trabajaron las mujeres en los hogares colombianos en 2021, en labores de cuidado doméstico, principalmente labores de limpieza del hogar, suministro de alimentos, mantenimiento del vestuario, compras y administración del hogar y cuidado de personas (hijos, ancianos, enfermos).
Y por cuenta de la pandemia de covid-19, 15 millones de estas horas de trabajo de la economía del cuidado, estaban relacionadas con la emergencia sanitaria: Limpieza de las frutas y los productos que venían de la calle, pagos electrónicos de facturas, reclamo de medicamentos y apoyo en las jornadas escolares de los menores.
Las profesionales se doblan
Aunque son las mujeres con menor nivel educativo formal las que mayormente realizan las labores de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en Colombia (78,8%), las colombianas con formación profesional que deben atender las labores de economía de cuidado están muy cerca de esta cifra (75,3%), por lo que están realizando doble jornada de trabajo (la de su actividad laboral formal y las de cuidado no remunerado).
Cuantificar, valorar y sumar
En el presupuesto de cada hogar se debe intentar cuantificar el valor económico que aporta la persona que realiza las labores de cuidado doméstico y de dependientes.
Aunque el trabajo del hogar no genera un ingreso económico tangible o directo a la familia, sí permite ahorros importantes para la economía doméstica, por las tareas vitales que se dejan de pagar por fuera.
Fecha de publicación 03/08/2022
Última modificación 04/08/2022