¿El empleo doméstico tiene género?

Hay “muchacha del servicio” pero no es frecuente el “muchacho del servicio” ¿por qué hay empleadas domésticas, pero no hay “empleados domésticos”? ¿Por qué las empresas contratan hombres para aseo y servicios generales sin inconveniente, pero no está bien visto que un hombre trabaje como empleado de labores de hogar?
En Colombia es muy “normal” que en muchas familias se cuente con una persona contratada para realizar las tareas de limpieza del hogar, ya sea por horas, días o como interna, residiendo en la vivienda en el que se trabaja.
De manera informal decidimos preguntar a más de 300 contactos en grupos de chat y en redes sociales cuántas de estas personas empleadas para el trabajo doméstico son hombres. La respuesta del 100% de los que contestaron la pregunta no sorprenderá: Ninguno. Todos tienen una empleada mujer; nadie tiene un empleado doméstico.
¿Qué pasa con los hombres? ¿Por qué no pueden o no quieren trabajar como empleados de servicio doméstico?
Quizás uno de los trabajos menos valorados en Colombia es precisamente el del empleo de servicio doméstico, pese a ser de vital importancia para las familias, sobre todo cuando ambos trabajan fuera del hogar. A esta subvaloración se suma el hecho de que el 96% de quienes asumen este empleo son mujeres y apenas el 38% de ellas terminó la primaria. Similar sucede en toda América Latina y el Caribe, con 93% de mujeres en empleos de servicio doméstico.

El trabajo doméstico representa en Colombia más del 3% de la población ocupada del país; aunque hay empleadas domésticas, pero no hay “empleados domésticos”, al menos no en los hogares.
Un hecho que llama la atención es que mientras las empresas contratan hombres para realizar labores de aseo, servicios generales, jardinería y trabajos varios, y esto es “bien visto” socialmente, no sucede así cuando se piensa en que un hombre trabaje como empleado de labores de hogar usando escoba, trapero, aspiradora, lavando y planchando ropa, cocinando, lavando los platos y arreglando camas.
Nos dimos también a la tarea de consultar en agencias de empleo doméstico si tenían disponible un hombre para labores del hogar. Solo dos de cinco empresas contactadas que proveen trabajadores para el servicio doméstico abrieron la posibilidad de que un hombre trabajara en un hogar, pero luego de preguntar a sus empleados varones si estarían de acuerdo. Uno de los argumentos era que los hombres estaban disponibles solo para los trabajos de limpieza y aseo en empresas, pero no en hogares, pues “en las casas siempre prefieren a una mujer.
Por otro lado, Andrés Felipe Arboleda, gerente de Domestikas, empresa vallecaucana de este sector, aclara que no cuenta con hombres en su nómina debido a que su misión es contribuir a la formalización y al trabajo digno y legal de mujeres cabeza de hogar, que se dedican al trabajo doméstico, y ese es el enfoque de su empresa, dada la alta informalidad que se presenta en el país para estas empleadas.
Lo cierto es que la limpieza del hogar o el cuidado de los niños son dos tareas que siguen recayendo sobre las mujeres, tanto en la pareja como en el ámbito laboral. Somos una sociedad llena de estereotipos sobre lo que debe hacer un hombre y lo que se supone le corresponde por naturaleza a una mujer. Los prejuicios impiden que los hombres sean tenidos en cuenta para limpiar la casa, cuidar de ancianos o de niños. Algunos se han encontrado el rechazo de las propias mujeres. Así como también los estereotipos hacen que se sobrecargue el trabajo doméstico en las mujeres y que se piense que solo ellas están hechas para la limpieza, la cocina o el cuidado de los niños.
No solo es muy difícil encontrar a hombres que trabajen como empleados domésticos y también encontrar hombres que quieran hacerlo, pues su imaginario sobre esta tarea señala que “no es de hombres” hacer la limpieza en una casa. Los que lo intentan, en especial las experiencias en otros países denuncian la discriminación que sufren por ser hombres.
Aunque el Ministerio de Trabajo en Colombia cuenta con reglamentación laboral para el empleo doméstico y lograr su formalización y dignidad, la cual contempla por igual a hombres y mujeres, la limpieza sigue siendo vista como una tarea femenina y por eso se desconfía de los varones, tal como pasa en sectores percibidos como masculinos cuando intenta entrar en ellos una mujer.
Fecha de publicación 08/08/2022
Última modificación 09/08/2022